Movistar Team: Más arena que cal en la apertura del calendario clásicas

Pues sí, aquí estamos, otra vez hablando del Movistar Team, ese equipo que nos ilusiona para quererlos, nos saca de quicio y a veces nos hace preguntarnos: «¿Pero qué está pasando aquí?». La temporada empezó con muy buen pie, la verdad. Javi Romo, Iván Romeo y Pablo Castrillo estuvieron como toros en el UAE Tour, y en O Gran Camiño y la Vuelta a Valencia todo parecía ir sobre ruedas. Pero, ay amigo, llegaron las clásicas y… bueno, ya sabes cómo es esto del ciclismo: una de cal y otra de arena. Y en este caso, más arena que cal.

El Opening Week: ¿Dónde estábais, Movistar Team?

Empecemos por la Omloop Het Nieuwsblad, esa clásica que siempre abre la temporada pedrusquera. Pues bien, el Movistar Team decidió que lo suyo era pasar desapercibido. Ni rastro de ellos en las fugas, ni un intento de protagonismo. Iván García Cortina, del que esperábamos mucho (y seguimos esperando, ojo, que estamos en la Cortineta), terminó en el puesto 81º, con Jon Barrenetxea pegadito a su rueda. Vamos, que si no fuera porque los vimos en la lista de llegada, hubiéramos dicho que se habían perdido por ahí.

Al día siguiente, en la Kuurne-Bruselas-Kuurne, la cosa no mejoró mucho. Barrenetxea da bastante buena impresión para el futuro, pero al final Cortina se conformó con un discreto 22º puesto en el sprint. Eso sí, hay que reconocer que en los últimos kilómetros intentó colarse bien entre los 60 ciclistas que llegaban al embalaje, pero ni por asomo se le vio luchar por un top 10. Y claro, con tantos sprinters y velocistas sueltos, pues eso, que el 22º no está mal, pero tampoco es para tirar cohetes.

Las clásicas francesas: ¿Falta más iniciativa?

Luego llegaron las clásicas francesas, y aquí el Movistar Team llegó con un equipo que daba bastante ilusión: Javi Romo, Enric Mas, Natnael Tesfatsion. Pensábamos que podían ser protagonistas. Y en la Faun-Ardèche Classic la cosa pintó bien: Romo terminó 7º y Mas 9º. Hay que decir que hubo un problemilla con la señalización del recorrido (sí, otra vez), y eso les impidió luchar por algo más. Eso sí, defendieron bien su posición, aunque quizás les faltó ese punto de ambición para jugársela antes del sprint.

Pero al día siguiente, en la Faun-Drôme Classic, la cosa se torció. Enric Mas terminó 32º y el equipo desapareció de la batalla final, donde Juan Ayuso se llevó todo el protagonismo. Destacar la mala suerte de Javi Romo con una fea caída que le obligó a abandonar con una fuerte contusión facial y una bursitis de rodilla. Desde aquí le deseamos la mayor de las suertes y pronta recuperación.

Vamos, que de las cuatro clásicas en las que podían haber rascado algo, solo sacaron un resultado decente en una. Y eso, siendo sinceros, es poco para un equipo como el Movistar.

Se echa de menos a Oier

Y aquí llega el momento de echar de menos a Oier Lazkano. Sí, ese corredor que en otras temporadas nos ha dado tantas alegrías e ilusión en las clásicas. Aunque también hay que decir que en Bora ha pasado totalmente desapercibido.

El equipo echó en falta su presencia en las fugas y ese punto de lucha que tanto caracteriza a Lazkano. Aunque, bueno, tampoco es que el resto del equipo haya brillado precisamente en ese aspecto.

¿Y ahora qué para Movistar Team?

Pues ahora toca mirar hacia adelante. La temporada es larga y el Movistar Team tiene tiempo de enderezar el rumbo. Eso sí, habrá que ver cómo afrontan las próximas citas, empezando por la Strade Bianche, una carrera que siempre deja buenas historias. Formolo siempre lo hace bien en casa y este año viene con ilusiones renovadas.

Mientras tanto, los aficionados seguiremos aquí, con la ilusión intacta pero con el ojo crítico bien abierto. Porque, al fin y al cabo, esto es el ciclismo: un día estás arriba y al siguiente no sabes ni por dónde te ha venido el golpe. Eso sí, Movistar, ¡esperamos que en las próximas carreras nos deis más cal y menos arena y podamos contarlo!