Tadej Pogacar reina en Kigali y hace historia en el país de las mil colinas

Tadej Pogacar ya es una leyenda, un símbolo,  historia presente y futura del ciclismo. Se empiezan a acabar los calificativos para el prodigio esloveno. Segundo año consecutivo vestido que logra vestirse de arcoíris, segundo año que lanza un ataque a más de 100 kilómetros de meta para lograrlo.

Tadej Pogacar se lleva el primer mundial celebrado en África

Kigali, capital de Ruanda, un domingo 28 de septiembre de 2025. Día de mundial, primero que se celebra en África, uno de esos marcados en rojo para cualquier aficionado al ciclismo. Probablemente sea la carrera más bonita del año (con permiso de Roubaix). Frenética e incontrolable, sin pinganillos, solamente guiados por el instinto ciclista.

La carrera, un éxito organizativo y de público, es una tortura para los ciclistas. Toman la salida 165 corredores, terminan solamente 30. Con el recorrido más duro de lo que llevamos de siglo para una prueba en ruta de un mundial. Casi 6000 metros de desnivel,  270 kilómetros y con un goteo incesante de repechos, muros y adoquines. Todo esto condimentado por unas altas temperaturas, humedad, la polución de Kigali y un circuito que no baja en ningún momento de los 1.500 metros de altitud.

Ataque de Tadej Pogacar a más de 100 kilómetros en el Monte Kigali

Desde el primer kilómetro es una carrera de eliminación, casi de supervivencia. Los abandonos aumentan con cada vuelta al circuito. La fuga del día no tendría nunca más de tres minutos y es neutralizada en su totalidad a más de 100 kilómetros en la infinita recta del Monte Kigali. Es en las últimas rampas de esta ascensión cuando Tadej Pogacar ataca, solo le aguanta Juan Ayuso. El español se agarra a la rueda del esloveno y encabezan el breve descenso hasta las primeras rampas del Muro de Kigali, donde Isaac del Toro les da caza e imprime un fuerte ritmo.

En el Muro de Kigali, que guarda semejanza con el Kapelmuur de Flandes en cuanto a dureza,  Ayuso se descompone. Se marchan Pogacar y Del Toro.

Subida al Muro de Kigali durante la prueba masculina del mundial. Foto: UCI

Subida al Muro de Kigali durante la prueba masculina del mundial. Foto: UCI

La lucha de Evenepoel consigo mismo

 Por detrás, Evenepoel tiene una guerra interna con su bicicleta y con todo lo que le rodea. A veces el peor rival del belga es consigo mismo. Parece que se desentiende, e incluso se baja de la bici y pone pie a tierra durante más de un minuto. Aunque se recompone y vuelve a la carrera. Hace justo semana dio una exhibición en la contrarreloj, hoy vuelve a dar otra. Podría haber sido oro, pero es que compite contra alguien que corre por la historia.

Evenepoel da una patada a un bidón tras un enfado por los problemas técnicos de su bicicleta. Foto: UCI

Evenepoel da una patada a un bidón tras un enfado por los problemas técnicos de su bicicleta. Foto: UCI

Pogacar sigue hacia delante, Del Toro dice basta. El esloveno enfila su odisea particular en solitario. Imprime un ritmo constante, maneja una distancia en torno al minuto, no le reducen. Aumenta poco a poco los segundos. Por detrás persiguen Evenepoel, Healy y Skjelmose. Evenepoel se harta y ataca en solitario. Camino de hacer otra contrarreloj, pero no recude distancias a Pogacar.

Tras un esfuerzo de más de seis agónicas horas, entran de uno en uno en meta. Tadej Pogacar, imperial en lo más alto del pódium. Evenepoel, con una plata que sabría a oro para cualquiera, menos para él. Ben Healy, bronce, redondea una temporada excepcional. Por detrás llegan a cuentagotas, dejándose minutadas. Juan Ayuso, mejor español, llega en octava posición a casi 7 minutos de Pogacar. El top 10 lo cierra Pidcock a más de 9 minutos.

Kigali vivió un Mundial histórico, de una dureza extraordinaria, en un país que ama el ciclismo.

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