Lo squalo, Vincenzo Nibali, nunca se ha caracterizado por ser un ciclista que pasa desapercibido. Desde su época de corredor en la que ganaba en San Remo y el Giro, hasta su paso por los micros de diferentes periódicos internacionales tras su retirada, siempre que el ciclista transalpino ha hablado ha sido para decir algo que resuena. Y ahora que opina junto a Pogačar de la ronda de casa, no iba a ser menos. En su caso, no apuesta por cambiar las fechas, es que apuesta por rotarlas entre todas las grandes vueltas. Lo ha dicho hace poco en una entrevista con los compañeros de Marca.
El duo Jonas – Pogi en el Giro
Siendo preguntado por la posibilidad de tener a los dos astros en el Giro de 2026, Nibali lo tiene claro: «Lo veo en un 50-50. Su calendario podría adaptarse, porque ha demostrado apostar fuerte por la primera parte de la temporada y las clásicas antes de ir al Tour. Un Giro a final de primavera encajaría bien. Pero está el factor meteorológico […] Cambiar fechas podría beneficiar a España y sus temperaturas, y dejarnos a nosotros el calor de septiembre. Todo está por ver«
¿Y por qué no rotar las grandes vueltas?
Y justo a continuación es cuando suelta el órdago que creo que muchos aficionados y ciclistas verían con buenos ojos: «La primera gran carrera del año siempre tiene algo especial: los ciclistas llegan con piernas frescas y hay mucho espectáculo. Siempre ha sido así. Si dependiera de mí, apostaría por una rotación de las tres grandes vueltas. Haría la temporada mucho más interesante»
¿Y si las palabras de Nibali sobre el Giro tienen fundamento?
Por ahora es solo uan teoría e hipótesis. Pero ese «Todo está por ver» y la afirmación posterior hacen pensar que el genio y figura italiano sabe algo más. ¿Puede ser que esto ya se esté hablando entre los organizadores y representantes de las grandes vueltas? Yo no lo descartaría. Si vemos cómo empezaron los rumores para otros cambios como el de Montmartre en la última etapa del Tour, y no veo gran diferencia.
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Y seamos honestos, con las temperaturas por encima de 40ºC en muchas etapas de La Vuelta y con las nevadas que suspenden muchas de las grandes etapas del Giro en mayo, no parece ninguna locura lo que se propone. Todo esto, además, apoyado en que no sería difícil de cuadrar en el calendario porque hablamos de los mismos días de planificación de equipos. Incluso podría ser un revulsivo para la publicidad y el entramado marketiniano. No olvidemos que el revulsivo del cambio puede ser uno de los mejores factores de un deporte extremadamente clásico e inmovilista en muchas cosas.